Kriskadecor, las cortinas metálicas y españolas que enamoran a arquitectos de todo el mundo | Arquitecturas

2021-11-04 09:57:49 By : Ms. Helen Lyu

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La instalación de Kengo Kuma en la Casa Batlló es el último hito de Kriskadecor. Esta empresa española exporta cortinas metálicas que decoran grandes espacios, de hoteles a pabellones, y hasta recubren fachadas de edificios. Cada eslabón es como un píxel y el resultado siempre sorprende.

José María Sans, CEO de Kriskadecor, no puede evitar acordarse de su padre y abuelo al referirse al proyecto más reciente de la empresa que el primero fundó y el segundo evolucionó. "¡Qué pensarían si vieran su producto junto a Gaudí!", Se pregunta. Se refiere a la intervención en la renovada Casa Batlló en Barcelona.

Kengo Kuma eligió a la marca española para vestir su proyecto: 164.000 metros de cadena para el atrio, la nueva escalera que conecta las ocho plantas y las carboneras. Espectacular. Un recorrido metalizado en el que Kuma ha querido homenajear al genio modernista y su luz, "que viaja desde el cielo brillante de la azotea hasta las oscuras profundidades".

Para atender a los requerimientos del japonés en Kriskadecor han tirado de los dos puntales que les han convertido en objeto de deseo de la arquitectura internacional: diseño e innovación. "Como novedades hemos aplicado un sistema de colgado del techo que es acústico y el degradado de tono en la cortina", explica el directivo. Porque ese es precisamente el producto, la cadena metálica aplicada a revestimientos, paredes, techos, fachadas ...

Eslabón a eslabón, lo suyo son los grandes proyectos. "Hay un prescriptor, ya sea arquitecto o interiorista, que hace un proyecto y nos utiliza como un elemento en el espacio. Pude ser un hotel de cinco estrellas, una flagship store, museos, stands en ferias ...", enumera.

Del impresionante efecto es buen ejemplo la citada puesta en escena de Kuma, pero también anteriores intervenciones, como el pabellón de Ecuador en la Expo Universal de Milán en 2015: "Era un revestimiento del edificio con diseños típicos del país, muy vistoso". O el que acaban de concluir, "un centro comercial en Holanda donde hemos hecho las decoraciones para el techo en la zona de restauración".

Esta empresa familiar asentada en Montblanc (Tarragona), con 35 empleados, oficina en Miami y una facturación en torno a tres millones de euros al año, recibe el 80% de sus encargos de fuera de España; son los mejores embajadores de un producto muy típico del Levante, que permite que corra el aire pero entorpece el paso a los invitados no deseados (léase insectos). Paradojas, ahora tiene éxito por su poderosa estética.

Ana Robles, del estudio Alterespacio, lo used in the terrace that created in la última edición de Casa Decor: "Tiene una belleza permeable que aporta sutileza, pero a la vez, una fuerza visual que puede llegar a ser muy impactante. Es como controlar los píxeles de una imagen de forma que no hay barreras a la capacidad de crear. Es un elemento bastante único y diferenciador ", valora.

Fue cosa del abuelo y por esa cabezonería genial con la que comienzan muchos negocios de éxito. Estudiaba Mecánica en la Escuela Industrial en Barcelona y algunos compañeros dijeron que era imposible construir una máquina que fabricara los eslabones de hierro ya engarzados en cadena. Vaya si se podía.

"Tenemos esa máquina abajo", certifica Sans. Desde entonces el lema de la empresa es que no hay nada imposible ... O casi. "En ocasiones nos han pedido alguna cosa que no podía ser, pero por una cuestión de las leyes físicas y de la gravedad".

Sans tiene datadas en 1926 las primeras referencias del taller de su abuelo, ya de vuelta a su localidad natal con aquella máquina bajo el brazo. "Hizo una cortina para una pastelería del pueblo y ahí empezó todo". El salto llegaría con la segunda generación, José María Sans Folch, que introdujo el aluminio galvanizado. "Este proceso entonces era muy novedoso, como lo puede ser ahora la impresión 3D. Mi padre montó la planta de galvanizado y el primer día que la encendió se fue toda la luz del pueblo", cuenta divertido.

La posibilidad de introducir color más allá del tono metálico del hierro significó un antes y un después. "Permitía pensar en hacer dibujos. Se evolucionó la forma de la malla y se empezó a vender en el extranjero. Un producto muy nuestro que fuera no se conocía, no había nada parecido".

Sin embargo, la auténtica revolución llegaría hacia 2002 cuando decidieron incorporar el diseño como un valor añadido. El mismo que les ha llevado a desarrollar líneas con ilustraciones de Claire Davies y Luis Eslava ("campo que queremos seguir explorando") y unas lámparas con Yonoh Studio.

Alex Selma de este estudio confiesa que "los eslabones tienen un comportamiento singular y sus propias restricciones.

La personalización sigue siendo un valor absoluto en Kriskadecor. "Nosotros hacemos todo. Recibimos el hilo de aluminio, le damos forma a la malla, hacemos el anodizado y montamos la cortina a la medida solicitada. Al tener todo el proceso controladora, podemos adaptarnos a lo que nos pide el arquitecto", explica el CEO. Ni el pronóstico más aventurado podía prever que aquella modesta cortina metálica instalada en la puerta de una pastelería acabaría creando luces y sombras en una casa Gaudí.

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